Tan pronto me enteré del terremoto y del tsunami en Japón, le envié por e-mail este mensaje a un amigo nuestro que vive allí:
Querido Nitaro y familia:
Los miembros de nuestra iglesia están orando por todos ustedes en Japón. Estamos usando el Salmo 46, especialmente el primer versículo: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”.
Con mucho cariño en Cristo para ti y tu familia,
Robert
En un momento de gran desesperación y del deseo de ayudar, recurrí a Dios de todo corazón. Fue entonces que me vino al pensamiento este otro versículo de ese salmo, y me tranquilizó: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”.
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